sábado, 15 de marzo de 2025

GUP: Carolus rex, imperio de acero C17

Desde las gradas, observaba el combate con los ojos brillando de emoción. Esta realidad era distinta al canon. El Maus había caído antes, los movimientos de Miho eran más agresivos, y aún quedaban más tanques en el campo de batalla. Cada pequeña diferencia hacía que mi corazón latiera con fuerza.

A mi lado, Nonna y Klara permanecían en silencio, pero podía notar su interés en la batalla. Del otro lado, las chicas de Carolus Rex se habían acomodado junto a Pravda, una señal sutil, pero clara, de la alianza entre nuestras academias.

Pero en este momento, eso no importaba. En el campo de batalla, la verdadera lucha estaba por comenzar.

Esta vez, el Maus cayó de otra forma, pero el resultado fue el mismo.

El estruendo del Maus derribado aún resonaba en el campo de batalla cuando el resto de los tanques de Kuromorimine seguían avanzando bajo la instrucción de Maho. El impacto de perder su monstruo de acero había desordenado su mentalidad, y Miho no desperdició la oportunidad.

Siguiendo su liderazgo, los tanques de Ooarai adoptaron un patrón de maniobras evasivas yendo hacia la zona recidencial y metiéndose a las calles estrechas, evitando la línea de fuego directa de los poderosos cazatanques enemigos como el Jagdtiger y Elefant que trataba de alcanzarlas, pero la velocidad de los tanques de ooarai era mayor y lograron rodear las calles para flanquear a los cazatanques enemigos.

Miho: ¡Desvíen la atención de los cazatanques! ¡Muevan a las unidades ligeras por los flancos y presionen su retaguardia!

El Elefant intentó girar hacia las unidades más ágiles de Ooarai, pero no pudo debido a que las calles estrechas no se lo permitieron y cuando menos se lo esperaba, ya estaba bajo fuego. Un impacto directo del M3 Lee del equipo conejo perforó su blindaje lateral.

— ¡Impacto confirmado! —gritó la tripulación del M3 Lee.

Mientras tanto, el Jagdtiger y el Ferdinand se replegaron, intentando reagruparse con las unidades restantes. Pero Miho había planeado cada movimiento. Guiando a su equipo hacia el centro de la escuela, logró atraer a las fuerzas de Kuromorimine hacia una trampa táctica.

Y entonces, sucedió.

El Tiger Porsche avanzó con su grueso blindaje y se posicionó en la entrada de la escuela, bloqueando el camino. Su silueta se alzaba como un muro impenetrable entre Miho y la victoria.

Con la caída más temprana del Maus, el Stug III de Erwin, el Renault Char B1 bis de Midoriko y el 38(t) Hetzer de Anzu seguían en juego. Este último no fue sacrificado como cuña, lo que les dio una ventaja táctica impresionante.

Entonces, aprovechando que aun tenían 3 tanques más que en el canon, lograron derribar mayor cantidad de tanques de Kuromorimine usando mi típica estrategia de esperar en un punto para luego hostigarlos desde los costados.

Dentro del patio de la escuela, el Tiger I de Maho avanzó, colocándose frente a Miho.

La tensión en el aire era palpable.

Maho Nishizumi y Miho Nishizumi.

Hermanas. Rivales.

El campo de batalla se vació a su alrededor. Todos los demás tanques estaban ocupados destruyéndose unos a otros como para poder intervenir.

Maho apuntó su cañón.

Miho hizo lo mismo.

Una batalla entre la antigua y la nueva generación del Sensha-dō Nishizumi.

Y solo una de ellas saldría victoriosa.

El rugido de los motores ahogaba el mundo a su alrededor. El Tiger I de Maho avanzaba con la precisión de una bestia entrenada, su grueso blindaje absorbiendo el daño superficial que intentaban infligirle. Del otro lado, el Panzer IV H de Miho se movía con agilidad, pero su margen de error se reducía con cada segundo que pasaba.

El sudor resbalaba por la frente de Miho, pegando un mechón de su cabello a su sien, pero ella no podía permitirse ni el lujo de apartarlo. Sus manos se apretaban con fuerza, sintiendo cada vibración del tanque, cada sacudida bajo sus pies. Sus compañeras a bordo compartían la misma tensión: Mako, con el rostro sereno pero sus dedos rígidos sobre los controles; Hana, sujeta al cañón con una precisión casi mecánica; Saori, con los labios apretados en una línea tensa.

Maho, por otro lado, tenía los dientes apretados, sus ojos afilados como cuchillas. Su Tiger I tenía el control de la situación. Cada giro de la torreta era calculado, cada disparo buscaba acorralar a Miho contra los muros del patio de la escuela. En su interior, su tripulación trabajaba con una coordinación perfecta, cada orden ejecutada en cuestión de segundos. Pero a pesar de ello, el pánico se filtraba poco a poco en sus voces.

— ¡Se mueve demasiado rápido! —gritó su artillero.

Maho: Mantenla a la vista —ordenó con su tono férreo. Pero incluso ella podía sentirlo. Algo estaba mal. Miho estaba demasiado tranquila.

La radio del Panzer IV H crepitó.

Miho: Mako, rodea su retaguardia.

Mako: Es arriesgado, las orugas se romperán.

Miho: No importa, es todo o nada.

El tanque giró con violencia, acelerando en un último intento por tomar la espalda del Tiger I. Maho vio la maniobra y reaccionó al instante.

Maho: ¡Giren la torreta! ¡Disparen antes de que nos alcance!

El cañón del Tiger I giró, su pesado mecanismo rechinando bajo la presión del tiempo. Hana contuvo la respiración, su dedo tensándose sobre el gatillo.

Pero entonces, un estruendo metálico.

Las orugas del Panzer IV H se rompieron con un crujido ensordecedor. El tanque perdió estabilidad, derrapando sobre los escombros. En el interior, las chicas fueron sacudidas con violencia, pero sus manos no soltabon sus puestos.

Miho vio la oportunidad.

Miho: ¡Ahora!

Pero cuando el cañón estuvo alineado, el mundo pareció ralentizarse.

Desde su asiento, el artillero del Tiger I vio la boca del cañón enemigo apuntando directo a su retaguardia.

Su sangre se congeló.

El rugido del disparo ahogó todo sonido.

El proyectil del Panzer IV impactó de lleno en la parte trasera del Tiger I, justo en el punto donde el blindaje era más delgado. Por un segundo, el silencio. Y luego, el rugido de una explosión.

Las llamas emergieron por la parte trasera del Tiger I. En el interior, Maho y su tripulación sintieron la onda expansiva, la vibración violenta sacudiéndolos en sus asientos.

— ¡Golpe en el motor! —gritó uno de los tripulantes, mientras el humo comenzaba a llenar la cabina.

Maho cerró los ojos por un segundo. No había marcha atrás.

Sobre la torreta, la bandera blanca se alzó.

Silencio absoluto.

Miho exhaló, dejando escapar un aliento que ni siquiera había notado que contenía.

Desde la tribuna, un grito ahogado de incredulidad escapó de los labios de Katyusha.

Katyusha: ¡¿Eh...?! ¡Eso no debería haber pasado! ¡Maho tenía la ventaja!

Nonna, con los brazos cruzados, observó con interés.

Nonna: Pero Miho tenía la determinación.

Maho emergió del Tiger I, su rostro inexpresivo, pero en sus ojos había algo más profundo. Resignación, tal vez. O quizás... respeto.

Miho descendió de su tanque, avanzando hacia su hermana mayor con pasos cautelosos. Por un momento, las dos se miraron, la distancia entre ellas más simbólica que física.

Finalmente, Maho extendió su mano.

Maho: Bien hecho.

Miho la miró con sorpresa, pero luego una sonrisa ligera cruzó su rostro mientras estrechaba la mano de su hermana.

La batalla había terminado.

Miho Nishizumi había encontrado su propio camino.

POV Erik.

Miho Nishizumi había logrado lo imposible. Pero más allá de la victoria… había demostrado que su camino en el Sensha-dō no necesitaba ser el mismo que el de su familia.

Yo exhalé, dejando salir el aire que había contenido sin darme cuenta.

A mis hombros, Katyusha estaba boquiabierta.

Katyusha: ¡¿Eh...?! ¡Eso no debería haber pasado! ¡Maho tenía la ventaja!

Su pequeño cuerpo se inclinó hacia adelante, con los puños apretados sobre las rodillas. Miró la pantalla con incredulidad, como si su mente se negara a aceptar el resultado.

Nonna, en cambio, se mantenía impasible, pero su mirada estaba fija en Miho, como si estuviera reevaluándola, aunque había una sonrisa sutil elevándose en sus labios.

Nonna: Ella cambió.

Katyusha la miró de reojo, aún con el ceño fruncido.

Katyusha: ¡Tch! Aún así, no fue una victoria limpia. Perdió las orugas.

Nonna: Pero aún pudo disparar.

Eso pareció silenciar a Katyusha por un momento.

Mientras tanto, en otra parte de la tribuna, Darjeeling observaba con una sonrisa enigmática, sosteniendo su taza de té con elegancia.

Darjeeling: "La victoria pertenece a aquellos que están dispuestos a sacrificarlo todo por ella."

A su lado, Orange Pekoe asintió, aunque parecía un poco confundida por la cita.

Darjeeling: Miho Nishizumi finalmente ha encontrado su propio camino.

Mika, por otro lado estaba observando la pantalla con una media sonrisa.

Mika: Fascinante.

Acarició suavemente las cuerdas de su kantele, haciendo que un sonido suave y melancólico flotara en el aire.

Mika: "El río no teme al mar, pues sabe que su destino es fundirse con él."

Aki y Mikko intercambiaron miradas.

Aki: ¿Eso significa que... esperabas esto?

Mika sonrió de lado.

Mika: No. Pero tampoco me sorprende.

Me recargué en mi asiento, dejando que el peso de la batalla terminada se asentara en mi pecho.

Esta realidad era distinta.

Y por primera vez, me pregunté hasta dónde podrían llegar los cambios.

POV general.

El ambiente estaba cargado de emoción cuando las chicas de Ooarai celebraban su victoria.

Miho, rodeada por sus compañeras, recibió abrazos, palabras de felicitación y hasta lágrimas de alegría.

Yuzu: ¡Ganamos! ¡Lo logramos!

Anzu: ¡Gracias, Miho! gracias a ti, nuestra escuela no cerrará.

El resto del equipo Conejo, Pato, Perro y demás tripulaciones vitoreaban con entusiasmo.

Mientras tanto, la presidenta del comité de moral, Midoriko, sacó su tableta y se la mostró a Mako, y sin decir una palabra, comenzó a tachar las faltas de Mako en su libreta.

Midoriko: Con esto ya no tienes faltas

Mako se emocionó y se abalanzó sobre midoriko, abrazándola en agradecimiento.

Pero quien no pudo contenerse fue Momo, que rompió en llanto, secándose las lágrimas con las mangas de su uniforme.

Momo: ¡Miho! ¡Realmente lo hiciste! ¡No sé cómo agradecértelo!

Miho sonrió con timidez, sintiendo el calor de sus amigas y su equipo.

Pero aún había algo que debía hacer.

En la lejanía, Maho Nishizumi estaba subiendo a uno de los vehículos de Kuromorimine, preparándose para partir con el resto de su equipo.

Miho respiró hondo y se dirigió hacia ella.

Miho: ¡Onee-chan!

Maho se detuvo y miró a su hermana menor y luego la felicitó por su victoria.

Maho: Enhorabuena por tu victoria! -Entonces sonrió- Admito la derrota.

Maho extiende su mano y Miho estrecha con la suya mientras ambas sonreían la una a la otra y aunque Maho estaba por decir algo más, Miho la interrumpe.

Miho: Gracias -bajo la mirada con una sonrisa, para luego volver a ver a Maho a los ojos- pero aún tengo un asunto pendiente contigo.

Maho arqueó una ceja, sin entender del todo.

Miho: Quiero que vengas conmigo.

Maho frunció el ceño, sorprendida.

Erika, que había estado observando en silencio, sintió que debía ir también.

Después de todo, su derrota contra Erik y la caída de Kuromorimine le habían dejado un nudo en el estómago. Algo dentro de ella había cambiado.

Miho se giró hacia sus compañeras.

Miho: Tengo algo que hacer. Nos vemos después.

Saori, Hana y el resto la miraron con curiosidad, pero asintieron.

Saori: No te preocupes, ve tranquila.

Así, Miho, Maho y Erika comenzaron a caminar en dirección a Erik.


POV Erik

Desde mi asiento en las gradas, observé cómo Miho, Maho y Erika caminaban con determinación en mi dirección.

A mi lado, Nonna, Klara y Katyusha también notaron su aproximación.

Katyusha: ¡Oye, Erik! ¿Qué crees que quieren?

Su tono era una mezcla de curiosidad y desconfianza. Después de todo, Katyusha tenía un cierto recelo hacia las Nishizumi.

Nonna, por otro lado, solo observó en silencio con su expresión tranquila mientras Klara se mantenía neutral, aunque parecía ligeramente interesada.

No tenía intención de que ellas estuvieran presentes para esta conversación ya que era un asunto entre las Nishizumi y yo, así que simplemente les hice un gesto con la cabeza.

Erik: Adelántense. Tengo un asunto que atender con ellas.

Katyusha frunció el ceño, pero antes de que pudiera quejarse, Nonna la levantó con facilidad y la cargó sobre sus hombros.

Katyusha: ¡Oye! ¡No soy un saco de papas! ¡Bájame!

Nonna: Vamos, Katyusha.

Klara solo sonrió levemente y las siguió sin decir nada.

Cuando ellas desaparecieron entre la multitud, volví mi atención a Miho, Maho y Erika.

Miho fue la primera en hablar, su voz firme, pero con ese tono amable que la caracterizaba.

Miho: Erik, ¿recuerdas nuestra apuesta?

Erik: Sí, la recuerdo.

Miho asintió.

Miho: Dijiste que si yo ganaba, tendrías en cuenta a Onee-chan y a mí.

Maho, que hasta ahora había permanecido en silencio, frunció el ceño, claramente confundida.

Maho: ¿Qué?

Miho la miró.

Miho: Tú te fuiste antes, así que no escuchaste la apuesta -Dijo en un tono distinto a lo que recordaba, con un aire de mayor determinación a obtener lo que quería.

Maho me miró directamente, esperando una explicación.

No me veas así, yo tampoco entendí al 100% a lo que se refería.

Erika cruzó los brazos y se quedó en silencio, pero por la forma en que apretaba la mandíbula, podía notar que también tenía algo que decir, pero viendo la situación, prefirió quedarse callada.

Suspiré y me crucé de brazos.

Erik: Sí, es cierto. Lo dije. Y tú ganaste.

Miré a las hermanas Nishizumi con una leve sonrisa.

Erik: Así que, dime, Miho... ¿qué significa exactamente para ti ‘tenerlas en cuenta’?

Digo eso, ya que realmente no había entendido.

Puede que tú digas: Hey, cómo no puedes ver lo que quieren con solo una mirada? pero te contesto: No puedo aunque quiera, me es difícil interpretar las intenciones de otros si no me lo dicen al pie de la letra.

La expresión de Miho se quedó en blanco por un momento, como si su cerebro se hubiera detenido momentáneamente al procesar mi respuesta.

¿De verdad no lo entendí? Pues no.

Maho y Erika, al notar la perplejidad de Miho, se llevaron una mano al rostro al unísono y soltaron un suspiro cargado de frustración.

Maho: Por el amor de...

Erika: Este tipo...

Qué!? Hice algo mal!?

Yo solo parpadeé, aún confundido. Ya tenía una idea, pero no estaba al 100% seguro de ello.

Vamos, Miho es demasiado tierna y Maho siempre ha sido alguien seria. Me parecía imposible que ambas estuvieran interesadas en mí, y por eso necesitaba que lo dijeran directamente.

Miho, al darse cuenta de mi desconcierto, suspiró y se armó de valor para explicarlo claramente.

Miho: Erik... Lo que quiero decir es que... quiero que nos tomes en cuenta como mujeres.

Silencio.

Yo solo la miré fijamente. La ternura en su expresión y el leve rubor en su rostro decían más que sus palabras.

Erika y Maho no dijeron nada, pero ambas desviaron la mirada con incomodidad, como si no quisieran admitir que también estaban de acuerdo con eso.

Yo solté un suspiro.

Erik: Déjame ver si entiendo...

Señalé a Miho.

Erik: ¿Tú quieres estar conmigo?

Miho asintió lentamente, su rostro poniéndose más rojo.

Luego, miré a Maho.

Erik: ¿Y tú también?

Maho desvió la mirada, cruzándose de brazos.

Maho: ...No lo niego.

Finalmente, miré a Erika, que se mordía el labio inferior, sin querer decir nada.

Erik: Tú qué haces aquí!?

Erika chasqueó la lengua y desvió la mirada con el ceño fruncido.

Erika: Tch... Qué te importa!!

Ah bueno...

Me pasé una mano por el rostro. Esto se estaba volviendo más complicado de lo que esperaba.

Erik: Bien... Supongo que tengo que procesar esto.

Las tres me miraban con atención, esperando mi respuesta. Ellas habían dado el primer paso, ahora me tocaba a mí.

Sigo preguntándome qué diablos hace Erika aquí, será que le interesó este acontecimiento? o tenía otra cosa que decir?.

Me crucé de brazos, aún procesando todo lo que acababa de pasar.

Miho me miraba con esa mezcla de ternura y determinación que era demasiado peligrosa para mi cordura. Maho tenía los brazos cruzados y la mirada seria, pero había un ligero rubor en su rostro. Y Erika… bueno, Erika seguía ahí, aunque no tenía idea de qué diablos hacía aquí en primer lugar.

Yo suspiré.

Erik: Está bien, Miho. ¿Qué propones?

Miho me miró a los ojos, ya sin titubeos.

Miho: Sé que no dejarás a Nonna y a Klara. Lo entiendo.

Oh. Así que ya lo sabía.

Miho: Pero... quiero que nos agregues a nosotras también. A Onee-chan y a mí.

Silencio.

Erika abrió los ojos con sorpresa y nos miró a todos con cara de "¿¡Qué!?", claramente sin haber esperado esto.

Erika: Espera, espera… ¿De qué demonios están hablando!?

Maho suspiró.

Maho: Exactamente lo que escuchaste.

Erika parpadeó, miró a Miho, luego a Maho, luego a mí, luego volvió a Miho.

Erika: …¿Me estás jodiendo?

Miho solo sonrió con dulzura.

Yo me pasé una mano por la cara. Esto se estaba volviendo cada vez más irreal.

Erik: Miren, no es que esté en contra, pero hay algo que deben entender.

Saqué mi teléfono del bolsillo y lo levanté un poco.

Erik: Nonna y Klara son importantes para mí. Y si van a ser parte de esto, necesito su aprobación primero.

Sin perder tiempo, le envié un mensaje a Nonna explicando la situación.

Erika: ¡Aún no puedo creer que estemos teniendo esta conversación!

Maho: Pues créelo -viendo a su dirección con una sonrisa un poco burlona que contrasta a su personalidad.

Miho solo esperó pacientemente.

Pasaron unos segundos antes de que mi celular vibrara con una respuesta.

Mensaje de Nonna:

"No tengo problema."

Eso fue todo.

Erik: Bueno... eso fue rápido.

Volví a levantar la vista y vi a Miho sonriéndome con una mezcla de satisfacción y dulzura.

Miho: Entonces, ¿qué dices?

Yo suspiré, sintiéndome un poco como un hombre condenado.

Erik: Supongo que ahora forman parte de esto.

Erika: ¡¿Qué rayos?!

En ese momento, sentí algo extraño en mi bolsillo libre.

Metí la mano y saqué un pequeño micrófono de solapa.

Oh.

Así que Nonna me había puesto un micrófono antes de irse.

Me quedé mirando el dispositivo en mi mano antes de soltar una leve risa.

Erik: ¿En serio, chicas? Ni siquiera intentaron disimularlo esta vez. Estoy decepcionado, esperaba algo más creativo.

Cosas de soviéticos en plena guerra fría.

Erika por su parte aun estaba perpleja, con los ojos bien abiertos y la boca entreabierta, claramente procesando lo que acababa de presenciar.

Yo me crucé de brazos y la miré fijamente.

Erik: Está bien, dejando eso de lado… ¿qué haces aquí en primer lugar?

Erika parpadeó un par de veces, como si hubiera olvidado por completo la razón de su visita. Luego, chascó la lengua y desvió la mirada con incomodidad.

Erika: Tsk… Vine para disculparme.

Erik: ¿Disculparte?

Erika suspiró, cruzando los brazos y frunciendo el ceño.

Erika: Por cómo me comporté antes. Fui demasiado agresiva y desconsiderada. Quería aclarar las cosas, pero… —movió la mano en el aire señalando a Miho y Maho— definitivamente no esperaba algo tan surreal como esto.

Yo solté una carcajada.

Erik: Sí… honestamente, yo tampoco.

Levanté las manos con un gesto de resignación.

Erik: Pero igual, perdón por haberte metido en esto sin querer.

Maho, que hasta ahora había estado en silencio, asintió lentamente y miró a Erika.

Maho: Lo mismo digo.

Erika la miró sorprendida.

Erika: No tiene por qué disculparse, comandante. No hizo nada malo.

Maho solo cerró los ojos por un momento y luego desvió la mirada, como si no estuviera acostumbrada a este tipo de interacciones.

Hubo un momento de silencio. Luego, los cuatro nos miramos y simplemente empezamos a reírnos.

Erika: Esto es ridículo…

Miho sonrió con dulzura y de repente tomó mi mano.

Maho la siguió un segundo después, sujetando la otra.

Me quedé mirando ambas manos por un momento, sintiendo el calor de sus dedos entrelazándose con los míos.

Las dos me miraron con determinación.

Miho y Maho: Cuida bien de nosotras.

Yo solo pude suspirar.

Erik: Sí, sí… Ya están en esto, así que haré mi mejor esfuerzo.

Y así, sin siquiera haberlo planeado, mi vida acababa de volverse aún más caótica.

Extra:

Nonna y Klara estaban en la habitación de su alojamiento, sentadas tranquilamente con una taza de café en la mano, escuchando atentamente la conversación que se transmitía desde el pequeño micrófono que Nonna había colocado discretamente en el bolsillo de Erik antes de marcharse.

Ambas escucharon a Miho declararse a su novio, pero ellas solamente tomaron algo de café mientras seguían escuchando.

Klara: Parece que al fin se llenaron de valor. -hablando en ruso-

(Nota del autor: Ya me dió pereza andar traduciéndolo, ahora cada que Klara hable, hagan de cuenta que está en ruso como pasa en el canon)

Nonna: y que lo digas.

En ese momento, escucharon a Erik diciendo:

"Nonna y Klara son importantes para mí. Y si van a ser parte de esto, necesito su aprobación primero."

Nonna arqueó una ceja con una ligera sonrisa.

Nonna: Mira qué considerado.

Klara sonrió también.

Klara: Eso es lindo de su parte.

Nonna tomó su teléfono con tranquilidad y escribió un mensaje corto:

"No tengo problema."

Klara la miró con incredulidad.

Klara: ¿Eso es todo? ¿Ni una advertencia? ¿Ni un “piénsalo bien”?

Nonna la miró de reojo con su expresión estoica.

Nonna: ¿Para qué? Si realmente quieren estar con él, saben en qué se están metiendo.

Klara soltó un suspiro y se reclinó en el sofá.

Klara: Bueno, supongo que el harem de Erik solo sigue creciendo…

Nonna sonrió apenas.

Nonna: Más bien, el pequeño lobo está siendo devorado por su propia manada.

Ambas se quedaron en silencio mientras la transmisión continuaba. Pero entonces, Erik encontró el micrófono en su bolsillo.

"Oh."

"¿En serio, chicas? Ni siquiera intentaron disimularlo esta vez. Estoy decepcionado, esperaba algo más creativo"

Nonna sonrió con tranquilidad mientras tomaba otro sorbo de su café.

Nonna: Qué hombre tan perceptivo.

Klara, por su parte, solo pudo negar con la cabeza y reírse.







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