sábado, 5 de diciembre de 2020

Enamorado de un fantasma

Mi nombre es Ruben, mis amigos generalmente me llaman "Ruby", podría decirse así, ya que sólo tengo 2 amigos en todos mis 17 años de vida, ya que no he sido muy popular que digamos: mi cabello está muy maltratado y andrajoso, siempre he ignorado la moda y suelo vestirme de Jeans, camisetas de algún personaje o banda favoritos y un suéter cómodo.

Hoy es un tanto diferente, he decidido que conseguiría una novia, así que estoy ahora en una casa a medio construir y abandonada en las afueras de la ciudad, las ratas suelen pasar de vez en cuando, a las escaleras ni siquiera se les ha puesto concreto y son muy inestables. Hoy es el día que conseguiré novia, seguiré los pasos que me ha dado un libro de hechicería que había en el cuarto de mi hermano, que son: degollar una gallina y con su sangre dibujar un pentagrama en el suelo, poner velas rojas en cada punta y finalmente pedir tu deseo junto con un conjuro.

-Oh Dios cornudo, esta noche tan bella y fria como la maldad pura, pido mi deseo a ti, estrella del alba. Dame una novia.

Luego de decir ese canto, mi cuerpo se movió solo, como si estuviera siendo controlado. Tomé el cuchillo con el que degollé a la gallina e hice un corte sobre la palma de mi mano, la sangre se derramaba de mi mano y goteó sobre el centro de ese pentagrama.

La casa entera se iluminó y el sonido de relámpagos se hacían escuchar con furia y de ahí en más no me acuerdo que pasó, mi consciencia se desvaneció.

En la mañana del día siguiente

*beep, beep, beep*

El despertador suena horriblemente y me provoca algo de irritación, apago rápidamente la alarma y abro lentamente mis ojos, pero veo a alguien observándome fijamente a los ojos y con una mirada muy profunda y penetrante hasta los huesos. Sentí un miedo muy profundo, como si la muerte estuviera cerca.

-Buenos días, querido.

Esas palabras me cortaron el miedo repentinamente y cambió a confusión, miré mi mano y vi que tenía una cortada en mi mano y recordé lo que pasó en la noche.

-Entonces no fue un sueño

-De qué habla, querido?

Volteo a verla una vez más y me fijo un poco más en su apariencia. Su cabello es largo hasta su cintura y de un color rubio dorado, sus ojos grandes y de un color azul tan profundo como el oceano, sus manos son pequeñas y delgadas, una nariz fina y respingada, labios pequeños y atrayentes, piel blanca como las finas perlas del mar, su mirada seria y profunda daban un toque de belleza y maduréz. Podría pasármela así todo el día de tan bella que es. Incluso usa un vestido casi de la época victoriana, haciéndola ver como una fina muñeca de porcelana.

-Eres hermosa

Sólo pude soltar esas palabras, me quedé atónito con su apariencia.

Ella entonces desvía la mirada y sus mejillas se tornan rojas, también pone la mano sobre su boca y murmura un poco

-G-gracias por el halago.

Al darme cuenta de la situación, mi corazón se aceleró y mis mejillas se sonrojaron

-N-no hay de qué

Luego de que ambos acomodáramos nuestras emociones, me mostró un contrato y me explicó:

-Según lo que pidió anoche, usted solicitó a mi jefe una novia, mi nombre es Brittany, soy originaria de Inglaterra del año 1888 y le dictaré en breve el contrato.

Me explicó los términos y condiciones (que nadie lee) para que ella pudiera quedarse conmigo y yo firmé sin dudarlo, no escuché nada, pero yo sólo deseaba tenerla a mi lado.

-Entendio, haz firmado este contrato que data el hecho de que me quedaré como tu novia unos días, luego del plazo de 30 días, volveré a donde pertenezco.

Ya luego de recobrar la consciencia

-Espera, ¿¡dijiste 30 días!?

-Sí, es lo que estaba diciendo, usted lo firmó después de todo.

¡Maldición!

-En este periodo puede hacer lo que quiera conmigo, después de todo, viene en el contrato.

-¡Lo haré!

Aproveché mi tiempo con ella, le compré rosas, admiré su belleza una gran gantaidad de tiempo, caminamos tomados de la mano, paseamos por las calles y cada vez que salíamos a pasear, ella se asombraba por los edificios y muchas cosas varias que ella no reconocía, era hermoso verla hacer esas expresiones de asombro en su rostro normalmente serio. También le compré ropa en muchas tiendas y algunos vestidos que le quedaban hermosos, zapatos más cómodos y varios peluches.

Pero los días pasan rápido...

-Se han cumplido los 30 días, tengo que irme

La tomo de la mano y la miro a los ojos.

-No te vayas por favor ¿Qué no disfrutaste estos días conmigo?

De mis ojos comenzaron a salir lágrimas, aunque fue un corto tiempo, si logré desarrollar un cariño especial con ella

-... Si lo hice, pero yo no pertenezco aquí, querido.

-¿A qué te refieres?

Ella se queda en silencio y baja la mirada

-Porque yo ya estoy muerta, no hay nada que pueda hacer...

Al decir esas palabras, sus ojos tienen lágrimas.

-¿A qué te refieres?

-Me refiero a que yo ya tuve mi vida, nací, crecí, viví y finalmente morí.

-¿De qué moriste exactamente?

-Mi padre cometió traición al reino, y por eso también pagamos nosotros, su familia. Morí sin siquiera la oportunidad de casarme o de siquiera tener un novio... esos momentos contigo fueron mucho más felices que toda mi vida junta.

Me acerco a ella y la miro directamente a los ojos

-¿No hay una forma de hacer que te quedes conmigo?

-No, así dice el contrato. No especificó el tiempo.

Entonces se me ocurre un plan.

-Cásate conmigo.

-¿Eh?.

-Hablo en serio.

-Pero tendrá que vivir toda su vida en soledad, no tendrá la oportunidad de salir con alguien más.

-No me importa, si ese es el precio por estar contigo por la eternidad, toda mi vida es un precio barato.

-...

Su rostro se vuelve dudoso, pero se ve algo tímida a la vez.

-Acepto

-¿¡EN SERIO!?

Ella pone la mano sobre su boca y murmura.

-S-sí

80 años más tarde

-Desde entonces que le pedí matrimonio, ha pasado un largo tiempo de eso, aun la extraño

-¿Y no ha podido reunirse con ella?

-Lastimosamente no, niño

Ha pasado mucho tiempo desde que eso pasó, mi cuerpo ha envejecido, he perdido mi vista y mis dientes por la diabetes, mi corazón tiene algunas fallas, pero en cada ocasión que he estado a punto de morir, veo su rostro en mi mente y es como si me gritara: aun no es tiempo de morir... De verdad la extraño... 

Mis ojos comienzan a derramar algunas lágrimas y me siento a descansar en mi habitación del asilo. De vez en cuando llegan niños a visitarnos por algunas excursiones de su escuela o iglesia y me preguntan por alguna historia, siempre termino contando esa.

Dejo mi bastón recargado en la pared y mis ojos poco a poco se van cerrando... Y descansé...

Abro los ojos y veo a mi amada frente a mí

-Buenos días, querido.

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