Con el enfrentamiento concluido y la victoria asegurada, me acerqué a la comandante de Viking Fisheries, Kebiko, quien permanecía junto a su equipo. La joven aún tenía el rostro marcado por la intensidad del combate, pero se mantenía firme y con la cabeza en alto, aunque igual sin quitarse el casco vikingo de la cabeza.
Sin dudarlo, extiendo la mano.
Erik: Peleaste bien, hermana.
Kebiko observó su mano por un instante antes de aceptar el gesto con una leve sonrisa.
Kebiko: No esperaba menos de ustedes —respondió
Erik: espero volvamos a encontrarnos nuevamente en el campo de batalla.
Kebiko: Sí!!
Y aprieta mi mano con más fuerza con un rostro emocionado.
El siguiente combate estaba programado: Saunders contra Ooarai, una batalla que muchas academias esperaban con curiosidad. Yo y mis compañeras nos dirigimos a las gradas para observar el enfrentamiento, acomodándose en una sección con buena vista del campo.
Sin embargo, apenas nos sentaron, un grupo de figuras conocidas comenzó a rodearnos.
Katyusha: Erik!!! -Dice con un tono seguro y autoritario.
Conociendo lo que la pequeña comandante quería, me agacho lo suficiente para que pueda trepar sobre mis hombros mientras veo a Nonna y a Klara sentarse a mis costados
Katyusha: Aquí está mejor! -Con una sonrisa complaciente y cruzada de brazos.
Darjeeling: Vaya, parece que nos ganaron los mejores asientos -Con su tono y sonrisa elegante
Darjeeling se sienta cerca y pekoe se sienta a su lado mientras Rosehip y Assam se paran a su lado.
Mika: Parece que eres muy solicitado
Mika por su parte tiene su kantele como siempre y se sienta en la grada detrás de mi.
Freya, Astrid, Gudrun y el resto al ver esto, deciden alejarse un poco para darnos espacio para charlar
Con Katyusha cómodamente instalada sobre mis hombros y rodeado por algunas de las comandantes más influyentes de Sensha-dō,simplemente me recargué contra el respaldo de mi asiento, disfrutando del espectáculo mientras el enfrentamiento entre Saunders y Ooarai daba inicio.
Las pantallas alrededor del estadio mostraban en grande la imagen de Kay, la enérgica comandante de Saunders, sonriendo con confianza mientras daba su discurso previo al combate. Al otro lado, Miho Nishizumi observaba la pantalla con seriedad, claramente concentrada en la batalla que estaba por comenzar.
Darjeeling: Me pregunto cómo le irá a Ooarai en este enfrentamiento —comentó, llevando su taza de té a los labios con elegancia.
Nonna: No tienen muchos tanques, pero el liderazgo de Nishizumi ha demostrado ser impredecible —añadió, con los brazos cruzados y la mirada fija en el campo de batalla.
Katyusha: Pff, pobrecita, está a punto de enfrentarse a una tormenta de balas —Dijo mientras estaba riendo sobre mis hombros.
Yo no respondí de inmediato. Mi mirada estaba en Miho, quien ajustaba su auricular mientras hablaba con su equipo. Se notaba que estaba nerviosa, pero al mismo tiempo, su postura no mostraba debilidad. Había algo en su expresión que me recordaba a Maho, pero con una chispa distinta…
Erik: Aún si tienen superioridad numérica, Saunders es predecible. Confían demasiado en su poder de fuego y en la velocidad de sus Sherman. Pero si Miho realmente es hija de Shiho Nishizumi… entonces hará algo inesperado.
Mika sonrió levemente desde su posición detrás de mí.
Mika: La naturaleza siempre encuentra una forma de equilibrar las cosas, ¿eh? —murmuró mientras tocaba suavemente su kantele.
Las pantallas finalmente cambiaron a la señal de inicio del combate.
**Anunciante:** ¡PANZER VOR!
Los motores de los tanques rugieron en la pantalla, y el enfrentamiento comenzó con el característico avance agresivo de Saunders. Las radios interceptadas por Ooarai ya transmitían información sin filtro, una táctica que Alisa usó como parte de su estrategia psicológica en el canon.
Klara: Продолжает свой обычный трюк… (Sigue con su truco de siempre…) -murmuró
Ah, ¿entonces no es la primera vez? -pienso en mis adentros.
A medida que la batalla avanzaba, quedó claro que Miho tenía una estrategia en mente. En lugar de confrontar directamente a Saunders, optó por aprovechar el terreno y engañar al enemigo, dividiendo su formación y atacando donde menos lo esperaban.
Las reacciones a su maniobra no se hicieron esperar.
Darjeeling: No es como su madre, pero sabe aprovechar los errores del enemigo. Una comandante astuta, sin duda.
Incluso Katyusha dejó de moverse sobre mis hombros y apoyó los brazos sobre mi cabeza con atención.
Katyusha: Hoh… ¿Tal vez Ooarai no es tan inútil después de todo? —dijo con una ceja levantada.
El combate seguía su curso, y la tensión en las gradas aumentaba conforme Ooarai lograba contraatacar con estrategias inesperadas.
Sin darme cuenta, mi mirada se centró en Maho, que estaba sentada en otra sección, observando en completo silencio.
No apartó los ojos de la pantalla ni un segundo.
La expresión de Maho era difícil de leer, pero algo en ella me dio la sensación de que estaba… orgullosa.
Y aunque nadie lo decía en voz alta, todos en las gradas sabíamos que Ooarai estaba demostrando que no era una academia cualquiera.
El enfrentamiento terminó con Ooarai logrando la victoria, y la multitud en las gradas reaccionó con sorpresa y emoción. A pesar de la diferencia en número y equipo, la estrategia de Miho Nishizumi había sido suficiente para superar la ofensiva de Saunders, dejando en claro que su liderazgo no era algo que se debía subestimar.
Entre el público, se escucha un grito fuerte el cual por su voz era obvio quien era.
Anchovy: Jajajaaaa, toma eso!!!
Mientras la transmisión mostraba a Kay felicitando a Miho con su característico entusiasmo y regañando a Alisa por hacer trampa, yo me apoyé en el respaldo del asiento y solté un leve suspiro.
Erik: Interesante… —murmuré para mí mismo.
Había notado varias diferencias en Ooarai comparado con el canon que conocía. Si bien su estilo general aún priorizaba la flexibilidad y el pensamiento improvisado de Miho, se estaban adaptando a nuevas tácticas.
Uso de fuego de largo alcance. Emboscadas. Camuflaje.
Estrategias que Carolus Rex dominaba desde su concepción.
"Sin querer me estoy dificultando las cosas. Me gusta" —pensé con una leve sonrisa.
Katyusha se cruzó de brazos aún sobre mis hombros.
Katyusha: Heh, no están mal... pero compararlas con Pravda es como comparar vodka con agua.
Nonna ladeó la cabeza con una leve sonrisa.
Erik: ¿De verdad? Porque parecías bastante interesada hace un momento.
La pequeña comandante frunció el ceño y golpeó suavemente mi cabeza con su mano, como si eso pudiera ocultar su curiosidad.
Erik: Ah -hago una protesta juguetona en respuesta a su golpecito.
Darjeeling, con su eterna elegancia, dejó su taza en su regazo y me miró con una expresión pensativa.
Darjeeling: Parece que Miho Nishizumi ha aprendido algunas cosas de ti.
No respondí de inmediato.
Sabía que no había hablado con Miho más allá de encuentros casuales, pero la influencia de Carolus Rex era innegable. Durante el enfrentamiento, noté cómo Ooarai se movía con más cautela, evitando el avance directo y usando el entorno como ventaja.
Eso no era simplemente el instinto de Miho.
Alguien en su equipo había tomado nota de nuestras tácticas… y las estaban adaptando.
Mika, quien había estado tocando su kantele distraídamente, dejó de tocar por un momento.
Mika: El viento cambia de dirección… y parece que Miho está aprendiendo a navegar con él.
Su comentario, como siempre, tenía un significado más profundo, aunque siendo honestos siento que la entiendo y a la vez no, de cierta manera me gusta un poco que me hagan pensarme las cosas.
Freya, Astrid y Gudrun se acercaron nuevamente, ya que la atención en las gradas empezaba a dispersarse.
Freya: ¿Ahora qué sigue? —preguntó, con los brazos detrás de la cabeza.
Gudrun: Los siguientes combates no son tan interesantes. Aunque quizás sería bueno analizarlos… si es que el comandante lo cree necesario.
Pensé por un momento y luego miré la pantalla.
Había visto suficiente por ahora.
Mi interés ya no estaba en los próximos enfrentamientos, sino en lo que significaba esta victoria para Ooarai y cómo eso afectaría las futuras batallas.
Sonreí levemente.
Erik: Veamos qué más pueden aprender de nosotros.
Volteo a Nonna, que estaba sentada a mi lado y le hago una señal para que cambie conmigo de cargar a Katyusha, ya que tenía algo más que hacer.
Erik: Perdona, Katyusha, pero tengo que hablar con alguien -Hablo con un tono serio en mi voz.
Katyusha nota mi tono de voz, así que entiende de inmediato y cambia a los hombros de Nonna.
Katyusha: No tardes!! -Mientras me señala con el dedo.
Erik: será un momento.
Entonces me levanto de mi asiento y me acerco a Maho para sentarme a su lado.
Erika: ¡Oye! ¿¡Quién te crees que eres para sentarte al lado de la comandante!? -protesta con una voz fuerte mientras se levantaba de su asiento.
Maho voltea a verla y la detiene
Maho: Erika, déjalo
Erika entendió y se volvió a sentar en su asiento.
Maho: Entonces ¿Qué necesitas?
Noto que su voz es frío, pero noto algo de frustración en ella.
Erik: No te llena de orgullo?
Maho: A qué te refieres?
Maho voltea a verme algo confundida.
Erik: Hablo de Miho... por mi parte, me da gusto verla bien
Maho me miró fijamente por un momento, su expresión fría no cambió, pero había algo en su mirada que me decía que había entendido el peso de mis palabras. Se quedó en silencio unos segundos, como si estuviera analizando lo que acababa de decir.
Maho: ¿Te da gusto verla bien? —repitió Maho, con un tono ligeramente incrédulo, pero sin perder su compostura- No sé si debería sentir lo mismo.
Su voz se volvió más tensa, pero no era enojo, sino algo más profundo. Una frustración reprimida. Sabía que sus sentimientos hacia Miho no eran fáciles de descifrar, pero de alguna forma, lograba comprender la complejidad de la situación de que su relación con Miho no es sencilla.
Me incliné un poco hacia ella, tratando de suavizar el tono.
Erik: Lo entiendo. No quiero que te sientas presionada. Pero no creo que debas seguir viéndola como un obstáculo. En algún momento, deberíamos dejar el pasado atrás y ver lo que hemos logrado, no lo que nos separó.
Maho desvió la mirada por un momento, mirando al frente, observando cómo el combate entre Saunders y Ooarai se disipaba mientras los equipos comenzaban a retirarse y los comentaristas daban sus análisis.
Maho: Lo que logramos... —murmuró, como si saboreara esas palabras—. Tal vez tengas razón. Pero el pasado no se olvida con facilidad, Erik. Miho sigue siendo una parte importante de todo esto, incluso si ahora estamos en lados opuestos.
Erik: Lo sé. Pero te he visto manejarte mejor. Y aunque no lo digas, sé que a veces... ves algo en ella. Algo que, tal vez, nunca quisiste reconocer.
La conversación quedó suspendida en el aire por un momento, y la atmósfera se volvió más densa, aunque no incómoda. La mirada de Maho se tornó más suave, casi pensativa. Finalmente, suspiró.
Maho: Tienes una forma extraña de decir las cosas —dijo, sonriendo un poco, pero sin perder la seriedad en sus ojos—. Aunque... no te voy a mentir, hay algo en todo esto que sí me molesta. Quizás, parte de mí aún no ha podido aceptar que ella ha cambiado.
De repente, algo en su tono cambió, y aunque todavía estaba luchando con sus propios sentimientos.
Maho: Lo que quiero decir es que, en el fondo... me da miedo que, si acepto que Miho ha cambiado, tenga que enfrentar mi propia debilidad. —Maho miró hacia el frente, como si estuviera buscando las palabras correctas para explicarlo—. No quiero parecer débil, Erik. No quiero que me vean así.
Su vulnerabilidad era algo que rara vez dejaba ver, pero ahora lo estaba haciendo. Y aunque todavía mantenía su fachada seria, su voz temblaba ligeramente, revelando lo que realmente sentía.
Erik: Maho, no eres débil. Eres una líder fuerte y una de las mejores estrategas que he conocido, además, creo que nuestros conceptos de debilidad son muy distintos, ya que debilidad para mí no es el expresar tus sentimientos, sino el dejar que te controlen, y si los reprimes mucho, terminarás explotando como un motor de tanque sobrecalentado.
Una sonrisa pequeña, pero sincera, apareció en sus labios. Aún había algo de resistencia en su postura, pero sentí que estaba comenzando a dejar caer esas barreras que había levantado a su alrededor.
Maho: Quizás tengas razón, Erik.
Erik: Maho, sinceramente creo que debes hablar con Miho, si no quieres que su relación de hermanas se hunda más.
Maho no respondió de inmediato. Se limitó a bajar ligeramente la mirada, sus ojos reflejaban una mezcla de orgullo herido y dudas. Sabía que no era fácil para ella aceptar lo que decía, y mucho menos tomar acción al respecto.
Después de unos segundos de silencio, exhaló profundamente y volvió a fijar su mirada en el campo de batalla, donde los equipos de Saunders y Ooarai ya se estaban retirando.
Maho: Hablar con ella, ¿eh…? —murmuró, sin dirigirme la mirada.
Erik: Sí. No te estoy diciendo que lo hagas ahora mismo, pero tarde o temprano tendrán que hacerlo —dije con calma, sin presionarla—. No puedes quedarte atrapada en este conflicto interno para siempre.
Maho se cruzó de brazos y cerró los ojos por un momento, pensativa.
Maho: No es tan sencillo, Erik. No es que no quiera hablar con Miho… es que no sé qué decirle.
Erik: A veces, solo necesitas empezar con un “hola” —le respondí con una leve sonrisa—. No tiene que ser algo complicado, ya ves, aunque yo hice casi lo mismo que Miho, supe que si no hablaba contigo, me perdería de tu valiosa amistad.
Maho soltó una leve risa nasal, casi imperceptible, y negó con la cabeza.
Maho: Sigues siendo igual de molesto.
Erik: Y tú sigues sin aceptar que tengo razón.
Maho suspiró, pero esta vez no parecía molesta. En su rostro había un atisbo de resignación, como si, en el fondo, supiera que mis palabras tenían sentido.
Antes de que pudiera continuar la conversación, una voz familiar interrumpió el momento.
Katyusha: ¡Oye, Erik! ¿Cuánto más piensas quedarte ahí? ¡Katyusha está esperando!
Giré la cabeza para ver a Katyusha, quien aún estaba montada sobre los hombros de Nonna, mirándome con impaciencia mientras cruzaba los brazos.
Maho se levantó lentamente de su asiento.
Maho: Creo que eso es tu señal para irte —dijo con un tono neutral, aunque con un ligero matiz de diversión en su voz.
Erik: Parece que sí —respondí con una leve inclinación de cabeza—. Pero piénsalo, Maho. Solo digo que podría ser un buen momento para dar el primer paso.
Ella no respondió de inmediato, pero cuando me di la vuelta para irme, pude escuchar su voz, apenas un murmullo.
Maho: Lo pensaré…
No quise presionarla más. Con una sonrisa en el rostro, caminé de regreso hacia Katyusha y los demás. Apenas me acerqué, Katyusha extendió los brazos, claramente esperando que la cargara de nuevo.
Katyusha: ¡Ya era hora! Pensé que ibas a estar toda la tarde allí —dijo con un tono autoritario.
Erik: Lo siento, lo siento. No quería que Maho se sintiera sola —respondí con un tono relajado mientras la levantaba con facilidad y la acomodaba sobre mis hombros.
Katyusha: ¡Hmph! Está bien, pero no lo hagas de nuevo —dijo Katyusha, dándome unas ligeras palmaditas en la cabeza y con un puchero y rubor en su rostro.
Nonna, Klara, Mika y Darjeeling nos miraban con interés, pero ninguna de ellas dijo nada al respecto. Nonna, en particular, me lanzó una mirada sutil, como si ya hubiera deducido la conversación que tuve con Maho.
Con Katyusha cómodamente instalada sobre mí y rodeado de algunas de las figuras más influyentes del Sensha-dō, simplemente me recosté contra el respaldo de mi asiento, disfrutando del ambiente.
El torneo seguía su curso, y cada momento me daba cuenta de que no solo estaba enfrentando batallas dentro del campo, sino también fuera de él. Sensha-dō era más que solo estrategias y disparos… también era un choque de emociones, egos y lazos que aún debían ser reconstruidos.
Esto es demasiado para alguien que vivió casi toda su vida encerrado y solitario.
No sé si hago lo correcto, pero es algo que quería hacer desde que vi la serie y ya sé que aun en el canon se reconcilian sin mi ayuda, pero de alguna manera me dolió verla así y quise acelerar un poco las cosas o al menos darle algo de consuelo.
Veo entonces la pantalla y sigo observando a los otros equipos mientras hablo cómodamente con las comandantes discutiendo de las tácticas usadas por las otras academias y se iban cuando era el turno de alguna de ellas.
Pongo mi mirada sobre el tablero de clasificatorias y noto que nos toca contra Blue division... No sé a donde mirarlas, su uniforme es muy revelador.