viernes, 14 de marzo de 2025

GUP: Carolus rex, el imperio de acero C15

Capítulo 15

Haaah

Suelto un largo suspiro en el baño termal de la posada.

Erik: Pensar que perderíamos por un error que cometía en war thunder.

Si, se y entiendo que pude haber hecho que dispararan a las orugas de lo demás tanques para que facilite el derrotar al resto, pero el que aparezca el maus y me apunte directamente me puso muy nervioso y la gota que derramo el vaso fue ver al king tiger de Erika cargar directamente a mi tanque y enfrentarme a duelo de tanques confiando en que no iban a interferir.

Maldita sea, supongo que la racha de victorias y la adrenalina me nublaron el pensamiento.

Perder por un error tan estupido, seré siquiera digno de ser un buen comandante?

No puedo hacer mas que lamentar mi error de juicio, no me duele perder, porque reconozco cuando alguien tiene la habilidad, pero el problema es la razón por la que perdí, que fue el dejarme llevar por mis emociones... En este punto creo que entiendo un poco más a Maho.

Agradezco estar solo y en un baño termal, ya que lágrimas de frustración se derraman sobre mi rostro.

Uno dirá: es sólo un torneo, puedes intentar la siguiente vez.

Sí, pero no puedo permitirme cometer errores. Tal vez porque así soy… o porque todavía cargo con el peso de mi pasado. He fallado demasiadas veces. Esta vez… esta vez debía hacerlo bien... y aun así pasó esto.

Trato de relajarme pensando en otra cosa, ya sé que este sentimiento de frustración es pasajero, así que reproduzco algo de música en mi cerebro y canto un poco.

Ships on vigor of the waves are skimming

Barren summits to the verdant plains

Each horizon is a new beginning

Rise and reign

Far from the Fjords and the ice cold currents

Ravens soar over new frontiers

Songs and sagas of a fate determined

Shields and spears

Vows of favour or the thrill of plunder

Pull together for the clan and kin

Clank of hammers and the crash of thunder

Pound within.

POV general

Nonna caminaba por los pasillos de la posada con una toalla envuelta alrededor de su cuerpo, su largo cabello aún húmedo por el vapor del baño termal. Había planeado relajarse un poco después del torneo, quizás disfrutar de un baño nocturno antes de dormir. Sin embargo, mientras pasaba cerca de la zona de aguas termales, su oído captó algo inesperado.

Una voz.

Un canto profundo, melancólico y lleno de emoción.

Se detuvo en seco. Había escuchado a Erik hablar con confianza, dar órdenes con determinación e incluso bromear con cierta arrogancia, pero nunca lo había escuchado así. Su tono no era el de un guerrero victorioso ni el de un comandante seguro de sí mismo. Había algo distinto en su voz, algo que la hizo fruncir el ceño.

Dolor y frustración.

El vapor del agua no podía ocultar el peso en su canto, la pesadez en sus palabras.

Nonna no dudó. Dio media vuelta y fue en busca de Klara y Katyusha.

Klara: Что случилось? ¿Qué sucede? —preguntó al verla acercarse con paso firme.

Nonna: Es Erik

Eso fue suficiente para que Klara entendiera que algo no iba bien. Katyusha, que estaba bebiendo una botella de leche con su habitual confianza, frunció el ceño.

Katyusha: ¿Qué pasa con ese idiota?

Nonna: Está cantando —dijo con su mirada seria—. Pero no suena como él.

Klara arqueó una ceja, mientras que Katyusha bufó.

Katyusha: ¿Y qué? Tal vez está borracho de la derrota.

Nonna negó con la cabeza.

Nonna: Es diferente. No es solo frustración.

Katyusha entrecerró los ojos antes de cruzarse de brazos.

Katyusha: Hmph. Si realmente está actuando como un niño llorón, mejor lo arreglamos ahora mismo.

Sin más discusión, las tres se dirigieron al baño termal.

Lo encontraron sentado en el agua mientras bebía de una lata de bebida energética, con la mirada perdida, tan absorto en sus pensamientos que ni siquiera notó su presencia. El vapor flotaba a su alrededor, reflejando la tenue iluminación del baño.

Su voz resonaba en la caverna con un eco suave, perdiéndose entre el murmullo del agua. A diferencia de otras veces, no cantaba para entretenerse, sino para no escuchar sus propios pensamientos.

Oh-ho-oh The echoes of eternity

Oh-ho-oh Valhalla calling me

Oh-ho-oh To pluck the strings of destiny

Oh-ho-oh Valhalla calling me

Valhalla calling me

Nonna: No sabía que también eras cantante —dijo de pronto, con su voz cortando el silencio.

Erik levantó la vista, sorprendido. No las había escuchado acercarse. Katyusha estaba cruzada de brazos, con una ceja alzada; Klara lo observaba con una leve sonrisa, y Nonna mantenía su expresión serena, como siempre.

Katyusha: Sonaba deprimente —comentó Katyusha, sin rodeos—. Si cantas así, no me extraña que hayas perdido.

Erik suspiró y se pasó la mano por el cabello mojado mientras soltaba una risa de autoburla.

Erik: Solo estaba despejando la mente —Sonríe amargamente.

Katyusha: ¿Despejando la mente o ahogándote en autocompasión? —soltó Katyusha, avanzando un paso más.

Erik: Las dos -Con un tono autodespreciativo.

Katyusha notó eso y no dudó ni un segundo. Caminó hasta él y, sin previo aviso, le soltó un puñetazo en el abdomen.

Erik jadeó cuando Katyusha se lanzó sobre él, hundiendo su pequeño puño en su abdomen con más fuerza de la que cabría esperar de alguien de su tamaño. El aire escapó de sus pulmones en un gemido ahogado, y la sorpresa finalmente lo hizo notar la presencia de las tres.

Katyusha: ¡Idiota! —le espetó con su típico tono autoritario, pero había algo diferente esta vez, algo menos altanero y más preocupado. Su expresión severa no ocultaba el ligero fruncimiento de sus cejas.

Nonna y Klara se acomodaron a los lados de Erik, el vapor denso del baño termal se arremolinó a su alrededor, envolviéndolos en una atmósfera cálida y casi irreal. El suave murmullo del agua desplazándose al moverse ellas se mezclaba con el lejano sonido de una gota cayendo de los techos de piedra, resonando en el espacio con un eco sutil. La luz tenue de las lámparas flotantes, filtrada a través del vapor, proyectaba sombras suaves sobre los cuerpos desnudos de los cuatro, difuminando los contornos de su piel mojada.

El aroma a minerales y hierbas flotaba en el aire, un perfume terroso que se mezclaba con el calor sofocante del baño. Katyusha, sin titubear, trepó sobre Erik y se acomodó en su regazo, su piel fría por el aire nocturno contrastando con la calidez de su torso. La presión de su pequeño cuerpo hizo que Erik se hundiera un poco más en el agua, enviando un ligero oleaje que acarició los muslos de Nonna y Klara.

El contacto cercano, el sonido del agua, el calor envolvente… todo creaba una sensación de intimidad difícil de ignorar. Erik apenas respiró cuando sintió los dedos de Klara rozar su brazo bajo el agua, un gesto casi casual pero que parecía cargar con una intención más profunda.

Nonna: Nosotras también perdimos —dijo con su tono usualmente sereno, pero esta vez con un matiz de suavidad.

Erik desvió la mirada hacia ella y vio sus ojos observándolo con un destello de comprensión.

Nonna: No es que ignoremos la derrota, pero tampoco dejamos que nos consuma.

Erik apretó los puños, bajando la mirada. —Lo sé… pero…

Katyusha: ¡Pero nada! —infló las mejillas con frustración—. ¡Me molesta que alguien como tú, que se cree tan listo y fuerte, esté lloriqueando por algo así! ¡Si pierdes, ganas experiencia! ¡Si te caes, te levantas! ¡Si fallas, mejoras! ¡Así es como funciona esto! ¿O acaso crees que nosotras siempre ganamos?

Katyusha hizo un puchero antes de dirigirse de nuevo hacia Erik.

Katyusha: ¡Levanta la cabeza! ¡Si realmente eres digno de ser un comandante, no te quedarás revolcándote en la autocompasión!

Erik se quedó en silencio, sintiendo la calidez del agua y la presencia de las tres a su lado. Había esperado pasar la noche solo, ahogándose en sus pensamientos y en su propio desprecio. Pero ahora, rodeado por ellas, sintió que esa carga se hacía un poco más ligera.

Suspiró y cerró los ojos por un momento, antes de abrirlos nuevamente con una pequeña sonrisa.

Erik: Tienen razón. Me estaba dejando llevar demasiado y sintiéndome un fracaso.

Katyusha:Por supuesto que tenemos razón —con una sonrisa engreída.

Nonna lo observó por un momento más antes de extender una mano y colocarla sobre su cabeza, dándole unas suaves palmadas y llevando la cabeza de Erik hacia su pecho.

Nonna: No eres un fracaso, Erik. Solo eres humano.

Erik sintió algo en su pecho aflojarse. No necesitaba responder. Solo dejó que la calidez del momento lo envolviera.

POV Erik.

Siendo honestos, sé que es ridículo sentirse de esa manera por haber perdido una sola vez, pero con esa sola vez que perdí, recordé cómo en mi vida pasada mi madre me azotaba por un solo error que cometía, por cualquier cosa que me equivocara, un azote aterrizaba sobre mi espalda.

Llegó un punto donde el dolor físico no era suficiente, ya que me había acostumbrado al dolor a tal punto que ya no sentía mucho aun me golpearan con un cable o con un cinturón de cuero endurecido.

Así que mi madre comenzó a recordarme cada que me equivocaba que soy un fracaso, un inútil, un error que no debió haber nacido...

Ahora, aun con el más mínimo error, la sombra de mi anterior madre se cierne sobre mí y recuerdo la sensación de sentirme un inútil fracasado y que aunque lo haga bien un poco, si termino equivocándome, todo se va por la borda.

Me siento más frustrado por cargar aun con esos recuerdos que la derrota de hoy, ya que lo de hoy fue solo un detonante para que esos recuerdos volvieran a mi nuevamente.

Pensar que esos recuerdos me alcanzarían hasta estos momentos, es estúpido.

En resumen, cuando perdí, sentí la sombra de mi anterior madre mirándome con asco y decepción.

Cuando Nonna puso mi cabeza entre su pecho, no sentí lujuria, sino una calma inexplicable, como si esto fuera lo que necesitaba en aquellos momentos en los que mi frustración tomaba poseción de mis pensamientos.

Como viví en soledad toda mi vida anterior, nunca conocí este sentimiento, así que abracé a Nonna y me relajé entre sus pechos mientras mis pensamientos negativos se disipaban.

POV general

Nonna sintió el temblor sutil en los hombros de Erik mientras lo mantenía contra su pecho. No era un llanto abierto ni un sollozo desesperado, sino una especie de rendición silenciosa, como si por primera vez en mucho tiempo permitiera que alguien lo sostuviera sin miedo a ser juzgado.

Ella no dijo nada, no preguntó nada. Simplemente lo mantuvo cerca, acariciando suavemente su cabello con una paciencia infinita. El calor del baño termal envolvía la escena, pero el calor que más importaba en ese momento era el que Erik sentía en su interior, aquel que lentamente comenzaba a sanar algo que llevaba mucho tiempo roto.

Klara observó la escena con una mezcla de sorpresa y comprensión. No era común ver a Erik así. Su actitud desafiante, su confianza, su capacidad para mantenerse firme sin importar la situación… Todo eso había desaparecido en ese momento. Lo que quedaba frente a ella no era el comandante de Carolus Rex, sino un joven que, en lo más profundo de su ser, solo necesitaba descanso.

Klara: Так вот в чём дело… Así que era esto… —murmuró en voz baja, más para sí misma que para los demás.

No necesitaba preguntar para entender. La manera en que Erik se aferraba a Nonna, la forma en que su respiración se volvía más estable, su expresión relajándose poco a poco… Todo indicaba que esto no era simple cansancio por la derrota. Había algo mucho más profundo.

Nonna, siempre estoica, mantuvo su expresión serena, pero Klara la conocía bien. Sabía que, aunque no lo demostrara, había un aire protector en la forma en que sostenía a Erik.

Katyusha, quien había estado en silencio por más tiempo del habitual, frunció el ceño, cruzándose de brazos. No estaba acostumbrada a ver este lado de Erik, pero tampoco era tonta. Sabía que este no era el momento para burlas ni comentarios impulsivos.

Finalmente, después de un largo rato en silencio, Nonna habló en un tono suave.

Nonna: No tienes que cargar con todo solo, Erik.

Erik no respondió con palabras. Solo asintió levemente, su cabeza aún apoyada en el pecho de Nonna.

Klara exhaló con suavidad y se recostó contra el borde del baño termal.

Klara: Ну… по крайней мере, похоже, что ты уже в порядке. Bueno… al menos parece que ya estás bien —comentó, cerrando los ojos por un momento.

Katyusha: Hmph —murmuró sin admitir en voz alta que también estaba aliviada.

El silencio que quedó después no fue incómodo ni pesado. Fue un silencio de descanso, de comprensión, de un momento en el que las heridas no necesitaban palabras para empezar a sanar.

Katyusha salió del baño termal para luego secarse y colocarse un yukata para luego irse.

Nonna: Si tanto quieres distraerte —dijo con una sonrisa—, podríamos encontrar otra forma de hacerlo.

Y cuando dijo eso, Nonna y Klara lo tomaron por los brazos y lo arrastraron fuera del baño termal, el cambio de temperatura fue inmediato. El aire más frío del pasillo golpeó su piel caliente, haciendo que su cuerpo reaccionara con un leve escalofrío. Los pisos de madera crujieron bajo sus pies mojados, sus pisadas dejando marcas irregulares de humedad en el suelo encerado.

La posada estaba en un silencio inquietante a esas horas de la noche, solo interrumpido por el lejano rumor del viento soplando contra las paredes de madera y el ocasional murmullo de huéspedes en habitaciones distantes. Las lámparas de papel proyectaban una iluminación tenue, sus llamas danzando suavemente con la corriente de aire que se colaba por las rendijas de las ventanas.

Nonna empujó una puerta entreabierta con el pie, revelando el interior de una habitación vacía. Apenas iluminada por una lámpara de mesa, la estancia tenía un futón extendido en el suelo, con sábanas revueltas como si alguien lo hubiera usado recientemente. Un leve aroma a incienso quemado flotaba en el aire, mezclado con el perfume residual de flores secas colocadas en un pequeño jarrón de cerámica sobre la cómoda.

Klara cerró la puerta con un movimiento suave pero firme, el sonido del pestillo encajando en su lugar resonó en la habitación. Nonna no dijo una palabra mientras guiaba a Erik hacia el centro del futón, sus dedos aún húmedos deslizando pequeñas gotas sobre su piel. La calidez del baño aún persistía en sus cuerpos, pero el ambiente ahora tenía una tensión distinta, más densa, más expectante.

El mundo exterior desapareció en ese instante, quedando solo ellos tres dentro de aquel espacio íntimo, bajo la luz vacilante de la lámpara y el susurro apenas perceptible de la brisa nocturna filtrándose por la ventana.

Lo único que se puede decir de esto, es que a partir de ese día, una leyenda había nacido en esa posada, donde si pasabas cerca de cierta habitación de noche, es probable que escuchen gritos extraños.

La mañana siguiente llegó con un aire de tranquilidad inusual. El sol apenas asomaba sobre el horizonte, pintando el cielo con tonos cálidos mientras la posada aún permanecía en un silencio pacífico… al menos, hasta que una puerta se abrió bruscamente.

Erik salió primero, con el uniforme desarreglado y el cabello alborotado, caminando con una mezcla de orgullo y agotamiento. Detrás de él, Klara y Nonna emergieron con una elegancia que contrastaba con lo que había ocurrido la noche anterior.

Nonna, como siempre, mantenía una expresión imperturbable, aunque un ligero destello en sus ojos delataba que estaba más relajada de lo habitual. Klara, por su parte, tenía una sonrisa de satisfacción, estirándose con total tranquilidad.

Klara estaba acomodándose la ropa mientras Nonna acomodandose el sujetador, aunque sin negar lo evidente.

Erik se llevó una mano a la nuca, sintiendo el peso de la noche anterior aún en su cuerpo.

Erik: Dudo que podamos quedarnos aquí otra vez sin que nos miren raro.

Klara soltó una risa baja.

Klara: Тебя это сейчас беспокоит? Думаю, уже слишком поздно, чтобы отступать. ¿Te preocupa eso ahora? Creo que ya es demasiado tarde para retractarse.

En ese momento, la puerta de la habitación de Katyusha se abrió de golpe y la pequeña comandante de Pravda salió con una mirada de absoluto desagrado.

Katyusha: ¡¿Pueden explicarme qué demonios fueron esos ruidos anoche?!

El trío se congeló. Klara y Erik desviaron la mirada con una leve sonrisa culpable, mientras Nonna simplemente mantenía su expresión habitual y levantando el pulgar.

Nonna: No sé de qué habla, Katyusha —con una tranquilidad absoluta.

Katyusha: ¡No me salgas con esas estupideces! ¡Sé exactamente qué estaban haciendo! —bramó con su rostro poniéndose rojo de la furia.

Klara se acercó con una sonrisa divertida y le dio unas palmaditas en la cabeza a Katyusha, lo que solo la hizo enfurecer más.

Klara: No te preocupes, nuestra querida comandante. Si alguna vez quieres saber exactamente qué pasó… podemos mostrarte —susurró con un tono juguetón mientras hablaba en la lengua de Katyusha.

Katyusha: ¡C-Cállate, Klara! ¡Como si quisiera saber algo tan… tan…! ¡Ugh, olvídenlo! —exclamó antes de girarse con furia y marcharse, murmurando cosas ininteligibles mientras sus seguidoras la miraban confundidas.

Erik soltó una risa baja, mirando a Nonna y Klara.

Erik: Bueno… supongo que ahora estamos oficialmente marcados en esta posada.

Nonna simplemente asintió antes de hablar con su tono calmado.

Nonna: Sigamos adelante.

Y con eso, el trío dejó la posada, con la certeza de que la leyenda de aquella noche se contaría durante mucho, mucho tiempo.

Aunque, por orto lado, las demás comandantes se enteraron de lo sucedido tiempo despues, Mika y Darjeeling reaccionaron como si estuvieran leyendo una novela romántica y de drama, mientras que el resto de chicas de los otros equipos reaccionaron con cruiosidad, pero quienes se molestaron por la noticia, fueron Maho y Miho, quienes estaban por enfrentarse en la siguiente batalla.

Extra:

El hecho de que Erik durmió con las dos subalternas de Katyusha no quedó solo entre ellos ya que sus gemidos y gritos fueron muy sonoros al punto que la gran mayoría ya chismorreaban de ello donde sea y el rumor estalló como una explosión de artillería en medio de una reunión de estrategia. Para cuando Erik terminó de desayunar, ya no quedaba nadie que no lo supiera. Incluso aquellas que no habían escuchado los gritos en la noche, ahora los conocían con lujo de detalles gracias a versiones exageradas y dramatizada

La primera en enterarse fue Darjeeling, ya que sus compañeras suelen llevarle las noticias lo más pronto posible y ella solo reaccionó como si estuviera leyendo una novela de romance, drama y comedia.

Darjeeling: Parece que Erik es bueno en más de un campo de batalla. -mientras llevaba su taza de té a los labios y beber un sorbo.

Pekoe a su lado estaba confundida.

Orange pekoe: Con dos a la vez...

Era una confusión más del tipo de ¿Siquiera es posible?

Mika por su parte se lo tomó con calma mientras tocaba su kantele.

Mika: Parece que el pájaro madrugador es el primero en llevarse el “gusano” más sabroso.

Ella ya había pensado en acercarse a Erik con ese tipo de intenciones, pero se lo tomó con humor ya que no le molestaba compartirlo con otras.

Anchovy se quedó boquiabierta al saber la noticia, pero estaba más alterada por otra cosa.

Anchovy: ¿Con qué tipo de pasta habrá conquistado ese tipo como para convencerlas?

Pepperoni a su lado estaba con una sonrisa irónica viendo que su comandante solo le preocupaba la comida.

-Es que acaso si alguien le da comida a ella, accederá? -pensamientos así pasaron por la mente de las chicas de Anzio al ver a su comandante reaccionar así.

Kay se reía fuertemente debido a la noticia, pues para ella era algo que iba a pasar tarde o temprano ya que notó desde un principio cómo se llevaba con Pravda, lo único que le sorprende es que hayan sido las dos a la vez.

En viking fisheries levantaban cuernos con jugos de frutas en ellos y celebraban por la gran hazaña de su hermano.

Blue division por su parte decidieron solo observar con interés el cómo se desarrollará la situación, mas que nada porque ya habían prometido más recompensas a Erik si lograba hacer algo que las impresionara, sea ganando en sensha-do o haciendo otra cosa, y esta era una de ellas.

Maho, estaba con el ceño fruncido y más callada de lo normal en cuanto se enteró, y Erika pensando que estaba enfadada, comenzó a hablar mal de él.

Erika: Ese maldito, cómo se atreve a manchar el sensha-do con esa actitud? deberían expul-

Pero Maho la fulminó con la mirada, como diciéndole que guarde silencio.

-Eh? Comandante, pero qué hice!? -Pensó Erika en sus adentros.

Maho no estaba enfadada por lo que Erika pensaba, sino más bien frustrada porque sintió que sólo se hizo la tonta mientras esas dos se le adelantaron y le quitaron algo que ella quería. Había asumido que habría más tiempo, que eventualmente algo sucedería… Se engañó pensando que tenía tiempo, que Erik eventualmente la notaría. Pero ahora entendía la verdad: si no hacía algo, él nunca lo haría. Y alguien más ya se le había adelantado.

Miho fue la última en enterarse. En cierto modo, su reacción fue similar a la de Maho, pero en su caso, el peso de su complejo de inferioridad la hundió aún más. Incluso si lo hubiera intentado, ¿habría logrado algo? Y si su hermana, tan fuerte y decidida, no había podido hacer nada... ¿qué oportunidad tenía ella?.

Su tripulación decidió animarla y le pidieron que demostrara en el encuentro contra su hermana que si ella se proponía algo, podría lograrlo.

Mientras tanto, las chicas de Carolus rex al saber de esto

Freya: UGH, DEBÍ HABER SIDO YO, NO ELLAS, NO ES JUSTO!!! -Golpeando el suelo con frustración porque se le adelantaron. (inserte meme de yu-gi-oh)

Astrid a su lado se estaba burlando de ella y reía tan fuerte que se revolcaba sobre el suelo mientras señalaba con el dedo a Freya.

Gudrun estaba a su bola, pero al saber de la noticia, su cerebro dejó de funcionar, casi diciendo: Espera, que?






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