viernes, 14 de marzo de 2025

GUP: Carolus rex, el imperio de acero C6

Veamos... Luego de haber invitado a las comandantes y a sus allegadas, no solo tengo por satisfecho mi interés en verlas en persona, sino que también pude juzgarlas más de cerca.

Dejándo de lado mis sentimientos de admiración y atracción hacia las chicas de esas escuelas, he de decir que me tocó luchar en contra de las más impredecibles, ya que una paciente y calma mientras que la otra era muy impredecible al punto en el que si no eres buen observador, no sabrás lo que está pensando, pero segun recuerdo del anime, su táctica es pega y corre para luego emboscar desde otro lado.

Erik: como en la guerra de invierno.

Pensé en voz alto mientras esbozo en un cuaderno mis pensamientos de cada comandante y vicecomandante.

Bien dijo Sun Tzu en su día: “si conoces a tu enemigo y te conoces a ti mismo, no deberías temer el resultado de mil batallas. Si te conoces a ti mismo pero no a tu enemigo, por cada batalla que ganes sufrirás una derrota.” Y él sigue diciendo ”si no conoces ni al enemigo ni a ti mismo, perderás todas las batallas.”

Veamos, evaluación de Darjeeling y Mika ya las tengo, es la combinación de paciencia y azar, mientras que en mi lado tengo a Nonna y Katyusha, en la que sus seguidoras siguen en todo a Katyusha, así que me resulta difícil creer que algo moverá las decisiones de Katyusha.

En el caso de Katyusha, yo diría impulsividad, mientras que con mi tripulación es paciencia y diciplina.

Observo el mapa del área que las chicas decidieron para tener el enfrentamiento, donde hay cierta cantidad de colinas pero mayoritariamente llano.

Esto me pone las cosas difíciles, no hay mucha cobertura, pero con que hayan rocas y colinas...

Mientras el cuaderno se llena con anotaciones precisas, el llamado a las comandantes de Pravda no tarda en cumplirse. La puerta se abre con firmeza, y el eco de pasos acompasados se hace presente antes de que la pequeña figura de Katyusha haga su entrada. Tras ella, Nonna y Klara, siempre estoicas y disciplinadas, se mantienen a la retaguardia como escoltas y confidentes silenciosas.

Katyusha, con su habitual aire de superioridad, alza el mentón y cruza los brazos, dejando claro desde el principio que solo ha acudido por mi petición directa.

Katyusha: ¡Espero que esto sea algo importante, Lindsworm! No acostumbro a moverme solo porque me lo pidan.

Nonna, con su tono tranquilo y profesional, intercede antes de que su comandante pierda la paciencia.

Nonna: La colaboración entre aliados requiere una adecuada comunicación, Katyusha.

La pequeña comandante frunce el ceño, pero parece aceptar la explicación, aunque no sin cierta molestia. Klara, por su parte, permanece en silencio, limitándose a observar con una expresión neutral.

despliego el mapa sobre la mesa, señalando con precisión las áreas elevadas y las posibles rutas de emboscada.

Erik: El terreno abierto nos limita, pero si aprovechamos las colinas, la hierba y las rocas como cobertura parcial, podemos compensar la falta de defensas naturales. Katyusha, su táctica habitual se basa en la presión constante y el avance agresivo. Pero contra rivales como Mika o Darjeeling, ese enfoque podría volverse predecible.

Nonna asiente con calma, su mirada analítica clavada en el mapa.

Erik: Sin embargo, sé que usted es gran comandante, Katyusha no cederá ante eso, ya que como usted, confío plenamente en la robustéz de sus tanques pesados de vanguardia como también la maniobrilidad y potencia de los T-34-85.

Claro, los tanques rusos y su bien conocido “russian bias”

Katyusha parpadea sorprendida por un instante, como si no esperara que reconociera la fortaleza de su doctrina con tanta convicción. Pero casi de inmediato, su pequeña figura se endereza y una sonrisa altiva se dibuja en su rostro.

Katyusha: ¡Hmph! Claro que lo haré. ¿Acaso dudabas de mí, Lindsworm? Pravda nunca cede.

Su tono es orgulloso, pero por un breve instante, noto cómo sus ojos se fijan en mi expresión. La misma mirada que solo un comandante podría reconocer en otro.

Nonna mantiene su habitual silencio, pero el ligero destello en sus ojos sugiere que ha percibido lo mismo que yo. Klara apenas esboza una sonrisa discreta, como si encontrara divertida la escena.

Puede que Katyusha se guíe por el orgullo, pero incluso ella sabe lo que tiene que hacer y no hacer en un campo de batalla.

Erik: Entonces, segun lo que observé y lo que puedo deducir, es que es muy probable que la comandante Darjeeling quiera mantenernos ocupados en algún punto para darle la oportunidad al grupo de los crusader y Jatkosota nos embosquen, así que mi plan es el siguiente.

Muestro en el mapa y explico mis planes sobre el papel y con figuritas para que sea más facil de entender, pero siempre aprovechando la doctrina soviética de ni un paso atrás.

Katyusha cruza los brazos con expresión altiva, aunque sus ojos brillan con un interés que no logra disimular. A medida que muevo las figuritas sobre el mapa, su mirada sigue cada movimiento con atención, inclinándose ligeramente hacia adelante, como si intentara adelantarse a mis palabras.

Nonna permanece impasible, con los brazos cruzados y el ceño apenas fruncido. Su mirada se alterna entre el mapa y mi rostro, evaluando cada punto del plan con una concentración que solo alguien con su experiencia podría mantener. En ocasiones, su dedo índice se alza para corregir sutilmente la posición de alguna figura o señalar una posible vulnerabilidad.

Klara se mantiene ligeramente apartada, con los brazos detrás de la espalda y una leve sonrisa en su rostro. Su mirada no se despega del mapa, pero su postura relajada sugiere que ha entendido el plan desde el primer momento.

A medida que avanzo, las expresiones cambian lentamente. Katyusha aprieta los labios con aire pensativo, su mirada volviéndose más aguda. Nonna asiente apenas, mientras sus ojos se estrechan con una chispa de aprobación oculta. Klara deja escapar una pequeña sonrisa satisfecha, como si encontrara divertida la manera en que las piezas encajan.

Finalmente, estamos todos de acuerdo en el plan, así que tomamos algo de jugo antes de partir hacia nuestros tanques, ellas no lo saben, pero mi bebida la reemplacé con una energética.

Al parecer me volví adicto a lo mismo que me mató en mi vida pasada, pero ¿a quién le importa? jaja.

1 semana después.

La lluvia tamborilea suavemente contra el techo de la tienda de mando, creando una melodía constante que ahoga los sonidos lejanos de los motores alistándose para la batalla. El aire frío y húmedo se cuela por las aberturas de la lona, envolviendo la sala con una sensación de calma previa a la tormenta.

Mis ojos recorren el mapa extendido sobre la mesa central, donde las marcas de las posiciones iniciales y rutas posibles han sido repasadas una y otra vez. Las figuritas metálicas que representan nuestros tanques reflejan la luz tenue de la lámpara, proyectando sombras largas y distorsionadas.

Alrededor de la mesa, mi tripulación se mantiene firme.

Ya mencioné que recluté antiguas miembros de Kuromorimine, pero también se unieron chicas suecas que esperaban unirse a un sensha-do con tanques de su propio país, y estas son:

Astrid: conductora y artillera del strv 103

Gudrun: Operadora de radio y encargada del mantenimiento

y yo como el comandante, mientras que Freya será la comandante del Lago I.

Menciono los nombres de ellas ya que fueron quienes más sobresalieron del entrenamiento por mucho, mientras que el resto son las que recluté desde la academia afiliada en Alemania.

Pero este no es momento de presentarlas, ya que tenemos algo entre manos, pero primero hagamos un recuento de los tanques que tenemos ahora.

Carolus rex (suecia): En uso

Strv m/38, Lago I, Sav m/43 y el strv 103

Pravda (URSS): En uso

IS-2, KV-2, KV-1, T-34-85, BT-5, ISU-152 y el T-70

Los que vendrán conmigo serán la gran mayoría de los tanques suecos excepto algunos strv m/38, al menos la mitad. También me llevaré los BT-5, ISU-152 y al T-70

Los que irán de frente serán los T-34-85, IS-2 (Nonna y Katyusha), KV-1, KV-2 y la otra mitad de los strv m/38 para evitar flanqueos, así que serán usados para exploración o escolta.

Todos subimos a nuestros respectivos tanques y arrancamos los motores, la lluvia era fuerte y oscurecía de gran medida el camino.

Tomo el comunicador y lo activo.

Erik: Танки, вперёд!

Klara, Nonna y Katyusha abren los ojos de par en par ya que no esperaban que yo hablara ruso, así que en sus mentes, comienzan a tener una opinión más positiva de Erik.

Mientras tanto, en el lado de St gloriana y Jatkosota.

Darjeeling observó el mapa con su característica calma mientras tomaba un sorbo de té. Con un gesto elegante, señaló un punto en el terreno.

Darjeeling: Nuestros Churchill y Matilda tomarán posición aquí. La lluvia nos da una ventaja defensiva: la visibilidad reducida y el suelo húmedo ralentizarán cualquier intento de asalto frontal de Pravda. Su impetuosidad les hará atacar de frente sin dudar, y mientras estén ocupados, nuestro verdadero movimiento estará en marcha.

Mika, con su expresión enigmática, asintió lentamente mientras giraba su kepi entre sus manos.

Mika: Los Crusader y mi equipo avanzarán por esta ruta alterna —señaló con su dedo sobre el mapa, marcando un sendero lateral—. Si todo sale bien, alcanzaremos el flanco de Pravda antes de que puedan reaccionar.

Darjeeling sonrió con serenidad.

Darjeeling: Y si Carolus Rex intenta apoyar desde la retaguardia, estarán atrapados entre nuestras fuerzas y las de Pravda. No tendrán espacio para maniobrar.

Mika cerró los ojos y dejó escapar una pequeña risa.

Mika: Una trampa en tres actos. Me gusta.

Ambas comandantes intercambiaron una mirada de mutua comprensión antes de volver su atención al mapa, asegurándose de que cada pieza estuviera en su lugar.

El campo de batalla tenía partes inundadas debido a la lluvia presente, así que los tanques pesados avanzan lentamente mientras los medianos los siguen, los tanques hundían el suelo bajo las orugas y los motores se escuchan más apagados debido a que la lluvia camufla bien el sonido de los mismos.

Carolus rex aprovechó eso y se fue por los costados de Pravda y se adelantan para tomar posición como los excelentes francotiradores que son con sus tanques, debido al camino que eligieron, el suelo no se hundía mucho además de que tiene que ver el hecho de que son tanques más ligeros que los que van a la vanguardia, volviéndose más veloces y por la misma razón, sus motores tienen menor ruido.

Los Matilda y el churchill de st gloriana se establecen entre un cuello de botella que estaba sobre 2 colinas, aprovechando que los tanques de Pravda no pueden escalar mucho debido a su peso, pero debido a que Carolus rex es una escuela reciente, no tienen mucha información de la doctrina sueca, así que no tomaron en cuenta que esas dos colinas sería lo que las llevaría a su derrota.

Los crusader avanzaban con prisa junto con los tanques de Jatkosota, Rosehip iba a toda prisa a flanquear a Pravda mientras Jatkosota los siguen a un ritmo más lento, ya que Mika dedujo que los suecos tienen una doctrina parecida a las de ellas, prefirió utilizar a los crusader como cebos o carne de cañón para tantear las cosas.

Disparos comienzan a sonar en el ambiente, el frente entre Pravda y st gloriana se ha encontrado y procedieron a dispararse unos a otros.

Los T-34-85 que fueron imprudentes en avanzar de más, cayeron ante el fuego de st gloriana y las banderitas blancas salían de sus tanques, mientras los IS-2 se angulaban y disparaban en respuesta en contra de los tanques de St gloriana.

Katyusha: Ah, maldita sea ¡¿Cómo puede ser que con solo unos cuantos tanques nos hayan frenado?!

Nonna: Es parte del plan, Katyusha-sama, tenemos que actuar como un muro por ahora.

Katyusha: Eso me frustra

Klara: Просто нужно набраться терпения. (Sólo habría que tener paciencia)

Nonna: Нам просто нужно верить, что Каролус Рекс выполнит свою часть. (Sólo debemos tener fé en que Carolus rex haga su parte).

Katyusha: Que hablen español, maldita sea!!

Nonna y Klara sólo ríen.

Mientras tanto, en el lado de los crusader y Jatkosota, Rosehip seguía su curso y había cruzado cierto punto, pero Jatkosota por su parte, notaron de repente varios cañones que se asomaban a través de algunos arbustos y vieron una figura que estaba borrosa que estaba sobre una colina más alta, era un tanque, pero con el cañón pegado al chasis.

Pero ya era tarde, ya que varios de esos cañones comenzaron a disparar, sacando de combate a algunos crusader y otros tanques de Jatkosota.

Rosehip: AAAHHH, avísame antes!!!

Los disparos perseguían a Rosehip, mientras que el BT-42 esquivaba varios proyectiles y disparaban en respuesta, dejando fuera de combate a los BT-5 y Sav m/43.

Un T-70 esperaba en otro lado al crusader de Rosehip, el cual dispara y rompe las orugas del último crusader en pie, pero el crusader dispara en respuesta y destroza al T-70, pero un Lago I se le acerca desde otro lado al crusader de Rosehip y saca de combate a ese último crusader.

Una buena cantidad de Strv m/38 ya habían sido sacados del combate gracias al BT-42 de Mika, pero entonces, entró un ISU-152 a la escena el cual disparó a las orugas del BT-42, dejándolo sin movilidad, el BT-42 giró su torreta y derrotó al ISU-152, pero luego, un disparo les llegó desde arriba, dejándolas fuera de combate.

Era el Strv 103 que se concentró en rematar a aquellos que dejaban inmovilizados, ya que los strv m/38 no tienen un cañón potente, Erik les dijo que se concentren en inmovilizarlos para que así Astrid pudiera tener más facil el tiro.

Luego de que los Crusader y Jatkosota fueron dejados fuera de combate, el resto del equipo avanzó para seguir la otra parte del plan.

Darjeeling mantuvo su expresión serena, pero su mirada se afiló levemente al recibir los reportes. Colocó su taza de té sobre el platillo con precisión y volvió a observar el mapa.

Pravda no avanzaba con la temeridad habitual. Su ofensiva, que solía ser agresiva y directa, ahora mostraba una estructura más metódica. Además, Carolus Rex no se encontraba en la retaguardia como esperaba.

Con un suave movimiento, tocó la mesa con la yema de los dedos, pensativa.

Darjeeling: Curioso…

No mostró inquietud, pero en su mente las piezas comenzaron a reorganizarse. Algo había cambiado en la manera de operar de Pravda, y la ausencia de Carolus Rex en su posición habitual significaba que su plan inicial podía estar comprometido.

Dando un sorbo a su té, meditó unos instantes.

Darjeeling: Parece que hemos subestimado su coordinación. Qué interesante.

Sin embargo, no había pánico en su tono. Solo una elegante aceptación del desafío que se avecinaba. Con un gesto suave, levantó la mirada hacia sus subordinadas y emitió una nueva orden con la misma tranquilidad de siempre.

Rosehip ya luego de haber sido derrotada, notificó a Darjeeling que ella y Jatkosota ya habían sido dejadas fuera de combate y que Carolus rex avanzaba.

Darjeeling recibió el informe con la misma elegancia de siempre, pero quienes la conocían bien notaron el leve cambio en su postura.

Colocó su taza de té con cuidado sobre el platillo, su mirada fija en el mapa. La confirmación de la derrota de Rosehip y Jatkosota significaba que el plan de flanqueo había fallado por completo, y ahora Carolus Rex avanzaba con Pravda.

Sus dedos tamborilearon suavemente sobre la mesa, en un ritmo lento y calculado.

Darjeeling: Oh… qué inesperado.

No había pánico en su voz, solo un reconocimiento sereno de la situación. Un contratiempo, sin duda, pero no el final.

Respiró hondo y tomó el asa de su taza de té con elegancia, dándole un último sorbo antes de emitir nuevas órdenes. La batalla aún no había terminado, pero era evidente que su oponente había demostrado ser más astuto de lo que había anticipado.

Pero entonces, un disparo rebotó sobre el blindaje de un Matilda III, el cual llamó la atención de las chicas, las cuales comenzaron a girar su torretas para disparar a los nuevos atacantes, y luego, Pravda comenzó a avanzar.

Darjeeling levantó la vista de su mapa al escuchar el impacto contra el blindaje de uno de sus Matilda III. El eco metálico del rebote resonó en el aire, seguido casi de inmediato por las torretas de sus tanques girando en busca del atacante.

Orange Pekoe observó con nerviosismo cómo el Matilda III recibía el impacto y cómo las torretas comenzaban a girar en respuesta. Desde su posición, podía ver que la situación se estaba complicando más rápido de lo esperado.

Pekoe: Darjeeling-sama, parece que Carolus Rex está atacando desde una nueva posición. Pravda también está avanzando. —Su voz era tranquila, pero el leve temblor en sus manos delataba su inquietud.

Assam, con su expresión inmutable, cruzó los brazos mientras analizaba el nuevo desarrollo.

Assam: Nos han forzado a reaccionar antes de tiempo. Si Pravda avanza con sus blindados y Carolus Rex está en movimiento, nuestra defensa está en peligro de ser desbordada.

Darjeeling se tomó un momento para procesar la información mientras observaba el campo de batalla. Luego, con su habitual tono sereno, respondió:

Darjeeling: En efecto. Como diría Wellington, “El mayor de los peligros ocurre en el momento de la victoria… o cuando crees tener el control.”

Se giró hacia Assam y Orange Pekoe con una leve sonrisa.

Darjeeling: No debemos apresurarnos. Mantendremos nuestra posición y forzaremos a Pravda a un duelo de desgaste. Si Carolus Rex está atacando, significa que ha revelado su ubicación. Podemos usar esa información a nuestro favor.

Orange Pekoe asintió, aliviada al ver que su comandante mantenía la compostura. Assam, con su mirada afilada, simplemente afirmó con la cabeza.

Pekoe: Entonces, ¿ordenamos a los Churchill que resistan y mantengan la línea?

Darjeeling: Precisamente. Y que nuestros Matilda mantengan el fuego disciplinado. La paciencia es nuestra mejor aliada.

El plan había cambiado, pero Darjeeling no permitiría que eso la desestabilizara. Al contrario, era en la incertidumbre donde el temple de un comandante se ponía realmente a prueba.

Los tanques de Pravda avanzaban a paso ligero hacia el enemigo, como un muro de escudos romano durante un ataque contra los antiguos celtas.

Pero entonces, el strv 103 y un Lago I, se acercaron por detrás aprovechando la distracción de que los strv m/38 y sav m/43 los acosaban por los costados y Pravda avanzaba por el frente.

Entonces, Darjeeling y el resto de tripulación y tanques, se dieron cuenta tarde que ya estaban rodeadas.

Darjeeling observó el campo de batalla con calma, pero en su mirada se notaba un leve destello de preocupación. Assam y Orange Pekoe también se dieron cuenta de la trampa en la que habían caído.

Assam: Nos han rodeado... —murmuró Assam con una voz serena pero tensa.

Orange Pekoe tragó saliva mientras miraba el mapa. Los tanques de Carolus Rex habían atacado con precisión quirúrgica, y Pravda, con su avance constante, los había empujado directamente hacia la emboscada.

Darjeeling cerró los ojos un instante antes de abrirlos con su expresión habitual de serenidad.

Darjeeling: Una jugada digna de elogio… Parece que Erik comprendió la importancia de la paciencia.

Los Churchill y Matilda intentaron maniobrar, pero la presión desde múltiples ángulos limitaba sus opciones.

Assam ajustó su postura y habló con un tono firme.

Assam: Nuestra posición defensiva se ha vuelto insostenible. Si intentamos retirarnos, estaremos aún más expuestas.

Darjeeling asintió con un leve suspiro antes de tomar la radio con su característica elegancia.

Darjeeling: A todas las unidades de St. Gloriana, mantengan la compostura. Un té derramado no puede volver a la taza, pero aún podemos asegurarnos de que se sirva con dignidad.

Su tono era inquebrantable. A pesar de la situación, no cedería sin una batalla digna.

Y comenzó un intercambio de proyectiles, donde st gloriana logró sacar de combate a algunos tanques de Pravda y a los strv m/38, pero luego el Lago I, un IS-2 y el strv 103 dispararon a la vez, derrotando los últimos 3 tanques de st gloriana y la bandera blanca salió de los tanques de sus tanques.

Con la caída de los últimos tanques de St. Gloriana, el campo de batalla quedó en un breve pero denso silencio, solo interrumpido por el sonido de los motores y la lluvia golpeando el metal de los blindados. La bandera blanca ondeando en los vehículos marcó oficialmente el fin del enfrentamiento.

Desde el Strv 103, observé cómo los equipos de St. Gloriana aceptaban su derrota con la misma elegancia que demostraban en la victoria. Darjeeling, aún dentro de su Churchill, suspiró antes de tomar la radio.

Darjeeling: St. Gloriana… está fuera de combate.

Su voz sonaba calmada, sin rastro de frustración, como si simplemente estuviera comentando sobre el sabor de un té en particular.

Desde el otro lado de la línea, Katyusha reaccionó con júbilo.

Katyusha: ¡JA! ¡¿Lo viste, Nonna?! ¡Como lo planeé, los aplastamos!

Nonna, con su habitual calma, simplemente asintió.

Yo, por mi parte, solté un leve suspiro. La victoria era nuestra, pero no había sido un triunfo sencillo. St. Gloriana había resistido con disciplina, y su capacidad de eliminar varios de nuestros tanques antes de caer demostraba por qué eran un equipo de élite.

Pravda comenzó a reagruparse mientras los tanques de St. Gloriana permanecían inmóviles en su derrota. Observé a Darjeeling, quien, en un gesto de caballerosidad, bajó de su tanque y se ajustó el uniforme antes de caminar en nuestra dirección. Assam y Orange Pekoe la siguieron con la misma compostura.

Le entregué unos paraguas a Darjeeling y a sus tripulaciones y me ofrecí a remolcar los tanques a un lugar donde fueran recogidos por los equipos de mantenimiento, le ofrecí lo mismo a Mika desde el radio.

Darjeeling tomó el paraguas con una leve inclinación de cabeza, desplegándolo con la misma gracia con la que sostenía una taza de té. Assam y Orange Pekoe hicieron lo mismo, protegiéndose de la lluvia con dignidad, a pesar de la derrota.

Darjeeling: Un gesto digno de un caballero —comentó Darjeeling, observando la lluvia resbalar sobre la tela del paraguas—. Acepto su oferta. Es un inconveniente dejar los tanques en estas condiciones.

Assam miró los blindados averiados de St. Gloriana con una expresión serena, pero analítica.

Assam: Fue una batalla bien librada —dijo con tono neutral—. Pero debo admitir que la estrategia de su equipo nos tomó por sorpresa.

Orange Pekoe permaneció en silencio, aunque asentía suavemente mientras sujetaba su paraguas.

Mientras tanto, a través del radio, la respuesta de Mika llegó con su tono tranquilo y despreocupado.

Mika: Apreciamos el gesto. Supongo que no tiene sentido dejar que la lluvia oxide nuestras queridas máquinas. -Dijo mientras caminaba aun tocando su kantele-

Podía escuchar de fondo la voz de Mikko diciendo algo sobre lo pesado que era caminar bajo la lluvia con la ropa mojada, mientras Mika soltaba una leve risa.

Con ambas academias aceptando la ayuda, di la orden para que algunos de nuestros tanques comenzaran a remolcar los vehículos averiados hacia una zona de reunión. Los equipos de mantenimiento se encargarían del resto.

Miré a Darjeeling una vez más. Aunque su expresión era serena, pude notar el brillo reflexivo en sus ojos. Había perdido, pero ya estaba analizando la batalla en su mente, buscando entender cada punto clave.

Darjeeling: Quizás la próxima vez deberíamos enfrentarnos con una taza de té en lugar de proyectiles —dijo finalmente, con su típica elegancia.

Sonreí levemente.

Erik: No subestimaría la intensidad de una batalla de té con usted, Darjeeling.

Ella soltó una pequeña risa, y con eso, la batalla llegó oficialmente a su fin.





Anterior/Indice/Siguiente